Esa Silla
Deseaba contemplarla
Poder descansar en ella
Sólo un rato
Quizá un instante
Sus anchas piernas
Rozaban sobre las mías
Como pidiendo ayuda
Un poco de calma
Su sonrisa desarmada
Sus manos gastadas por el pasar del tiempo
Sus cabellos aún oscuros
Sus labios secos
Deseaba serenarse
Dormitarse
No podía pensar
Decía lo primero que venia a su mente
Apoyó su peso por doquier
Los dedos de sus manos
Como anclados
Sobre aquel mueblecito negro
Todas las puertas que él abrió
En busca de ella
Ya no se encuentran aquí
Ni tampoco esa pequeña silla de paja añeja...
3 comentarios:
Linda poesía!!! Al fin colgó algo doña Emilia!!!
Saludos!!!
Muy lindo su blog pero el color en esa poesía no ha favorecido la lectura...
Ahora sí! Es mucho más legible!!!
Saludos!!!
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